Mientras conduces hay distintos factores que pueden causar que los sistemas de suspensión y dirección puedan sufrir variaciones. Huecos, policías acostados, resaltos o conducir por vías no pavimentadas, son algunos de ellos. Estos pueden generar que tu vehículo no ruede de forma ideal, generando mayor consumo de combustible, daños y desgasto en las llantas y mútiples piezas que componen estos sistemas.

La alineación y el balanceo son dos procesos fundamentales para mantener el estado óptimo de tu vehículo, sobre todo para garantizar la vida útil de la suspensión y de las llantas. Al ser un proceso necesario, te recomendamos realizarlo dos veces al año. Aunque esto, no es una ciencia cierta, ya que cada vehículo es diferente. Por lo que sugerimos consultar con tu manual de propietario, el tiempo estimado para hacerlo

¿Cuándo debes alinear tu vehículo?

• Al detectar que las llantas delanteras apuntan a una dirección y las traseras en otra.
• Cuando alguna de las llantas presenta patrones de desgaste excesivo o irregular.
• Si a la hora de conducir en línea recta, el timón no está centrado.
• Cuando el auto tiende a inclinarse hacia un lado mientras conducimos.
• Si sueltas el timón y el carro jala para algún lado, en lugar de permanecer recto.

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¿Cuándo tienes que realizar el balanceo de tu carro?

• Si al conducir detectas que el timón vibra exageradamente.
• Cuando conduces a altas velocidades escuchas ruidos y vibraciones.
• Siempre que pones llantas nuevas.
• Al montar las llantas después de realizar cualquier reparación.

Si identificas alguno de los indicadores mencionados, debes efectuar con urgencia la alineación y el balanceo. Sin embargo, lo mejor es evitar ese momento en el que comience a percibir dichos inconvenientes, puesto que se arriesga a que el vehículo presente problemas adicionales.

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